sábado, 4 de enero de 2014

El futuro de la peseta

Es curioso como esta mañana leía un artículo sobre el quinceavo cumpleaños del euro (doce años desde su entrada en vigor) y minutos más tarde encontraba otro artículo en El Economista  sobre la pervivencia de la peseta.
En la entrada anterior, mostrábamos un recorrido por la historia del euro, nuestra moneda actual, indicando los altibajos que ha sufrido en su corta vida, pero siendo positivos sobre su pervivencia en el futuro.

  Sin embargo, en el artículo sobre el que vamos a reflexionar a continuación notamos la incertidumbre sobre el futuro de la peseta. Podéis leerlo aquí.

Los datos indican que se siguen conservando nada menos 1.677 millones de euros en pesetas. Lo que resulta chocante es que determinados comercios la hayan recuperado como moneda complementaria con la que los clientes pueden realizar sus pagos.

Los comerciantes que han llevado a cabo esta reintroducción de la peseta afirman que son pocos los clientes que pagan con ellas, principalmente personas mayores.

Este artículo hace que me pregunte sobre las ganancias reales que provoca esta medida en los comercios que la asumen. No es más que una estrategia de marketing para conseguir clientes y diferenciarse de la competencia, pero parece funcionar muy bien, fomentando el pequeño comercio. En el caso del municipio del El Álamo, el promover una campaña de pagos con pesetas ha supuesto no solo un aumento del comercio municipal, sino también del turismo, muchos curiosos probablemente habrán sido atraídos por esta iniciativa.

Otra cuestión sobre la que reflexionar es el elevado número de pesetas que se conservan: 1.677 millones de euros en pesetas. Es cierto que un determinado número de la población, las conservará por nostalgia, pero sin duda ese sector no es tan elevado. Sin embargo, opinó que ese elevado número se tiene que deber probablemente a la pereza que suscita el ir hasta el Banco de España a cambiar las pesetas que nos encontramos por casa, incluso en algunos casos no compensa desplazarse por la cantidad que se va a cambiar, o al olvido por parte de sus propietarios. También puede influir que las pesetas que se pueden cambiar son aquellas acuñadas en 1996, las anteriores están caducadas y por tanto no son canjeables, y el desconocimiento sobre cuales son canjeables puede ser una causa.
Otra posible razón es el temor de un sector de la población a la quiebra de nuestra moneda actual, el euro, ya que en su corta vida a puesto de manifiesto grandes deficiencias, y piensan que se producirá un retorno a la peseta. Aunque es una posible causa del gran número de pesetas que se conservan, me parece más probable por parte de este tipo de ciudadanos que conserven dólares (divisa famosa por su gran estabilidad) que pesetas.

Sea como fuere, en 2020 llegará su adiós definitivo. Mientras tanto podemos seguir haciendo uso de ellas en estos comercios o cambiarlas en el Banco de España.


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